Anduve un mes perdido en Cajamarca y conocí a los últimos quechuahablantes de esta región. Una zona donde el quechua era la principal lengua, pero que desde la conquista española empezó a desaparecer. Primero por la exigencia de la Iglesia, luego la educación del estado que forzaba la alfabetización en español, y hoy en día desaparece por pura vergüenza de quiénes la hablan.
Se estima que quedan 40.000 hablantes del quechua cajamarquino en 120 pueblos, y que cada año se pierden 15.000. ¿Acaso estos serán los últimos? Quienes hablan esta lengua no pueden trabajar en ninguna empresa minera ni de turismo, que son las principales fuentes de trabajo en la región. Ellos se sienten obligados a olvidar su lengua. Sienten que por culpa de esta es que pierden la oportunidad de progresar.
Sin embargo, la Academia Regional de la Lengua Quechua de Cajamarca está haciendo todo lo posible por rescatarla. Es la única organización que promociona la alfabetización en quechua. Desde 1986 un grupo de profesores han alfabetizado en quechua de forma gratuita en 49 poblados. Recién este año la Dirección Regional de Educación les dio el presupuesto para mantener a cuatro profesores. La voluntad es buena, pero parece insuficiente. Esta es la historia.